Capitulo 3: La última voluntad de mi cordura

por **Dr. William Rowswell** Vie Oct 18, 2013 4:55 pm

La última voluntad de mi cordura

Dr. Howell Relish

Los estragos que quedan al final...

Para mí perdida razón:

Jajaja, que dedicatoria más tonta, pero no importa, en realidad no creo que nadie lea esta carta, porque planeo llevármela conmigo hasta el final, la escribo solo porque me dio la gana hacerlo y por eso mismo, puedo redactarla como se me de mi gana.

En fin, ha pasado tanto tiempo, pero ni siquiera lo he sentido, no estoy seguro de si en realidad ha transcurrido, pero bueno, por las noticias que llegan de afuera de vez en cuando, parece que sí. Aún parece que fue ayer cuando los alemanes se adentraron en mi querido psiquiátrico, apenas si recuerdo mis ideales de ese entonces, pero algo tengo claro, eran completamente diferentes a los de ahora. Esto posiblemente sea una confesión, una descarga de todas mis culpas, pues aunque no lo parezca, las tengo y pesan demasiado.

Esto… todo lo que pasa en este lugar, aún no lo termino de comprender, mi antiguo yo lo consideraría tonto e improbable, pero ahora sé que nosotros los humanos no somos los únicos que habitamos en la tierra y que esas “criaturas” tan diferentes, que en un principio solo pertenecieron a cuentos y leyendas, son reales y muy, pero muy fascinantes, aún no alcanzo a develar lo que causó todo esto, el psiquiátrico me habla, pero no dice gran cosa sobre sí, creo inferir que se trata de algún demonio o un grupo de ellos se alimentaron de todo el sufrimiento, dolor, muerte y desesperación, se hicieron un contenedor de defectos humanos que terminó por envolver mi amado hospital y convertirlo en algo vivo y sombrío que hacía su santa voluntad. Los que estábamos dentro nos vimos afectados, está por demás decir que perdimos la poca cordura que nos quedaba y terminamos manchándonos de esa maldad, que de a poco nos consumía.

Mis doctores y yo pronto comenzamos con la maldita pregunta del “¿Qué pasaría?”… y con ello empezamos a buscar las respuestas, usando a nuestros pacientes como conejillos de indias, no describiré el que hicimos con lujo de detalle y demás, no tengo ánimos para ello, pero si diré que lo que hicimos nos abrió las puertas al infierno y nos incluyó hasta la fiesta de bienvenida. Todos los que éramos escépticos fuimos obligados a creer por las malas, pues hasta los muertos nos atormentaban de maneras poco agradables que nos hacían pasar la noche en vela pero con los ojos cerrados, con los oídos tapados, en un intento de huir de aquello que nos quitaba el sueño, por supuesto, ninguno podía salir de la institución, por más que cruzáramos la reja no llegábamos a las calles de Crawley y como se esperaría de cualquiera dejamos de intentarlo.

…Uff… Realmente han pasado muchas cosas y esto que nos envuelve afecta a todos los que tienen que ver con él, directa o indirectamente, incluso los que no son humanos, que se supone deberían ser fuertes y poderosos no son capaces de escapar de este sitio y son tan vulnerables como cualquier otro interno, es increíble ver a esas criaturas consternadas por la situación, pero debo admitirlo, también es maravilloso, en fin, me desvié hermosamente de todo… aunque no estoy seguro de si realmente tenía un tema al principio… sé que pronto moriré, pues me estoy volviendo innecesario, el psiquiátrico ha perdido interés en mí y la ha enfocado en el… pobre hombre, sentiría lástima suficiente como para querer ayudarlo pero creo que en parte podría ser una oportunidad para mí, aunque ¿Quién sabe? Por lo que ha dicho mi amado hospital, creo que ni muerto me dejará escapar…

Nada pierdo con intentarlo ¿O sí?..

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